Cuando
nací, mi madre dice que fuí el mejor regalo de navidad que pudo haber
tenido, soy nacido un 24 de diciembre al
medio día.
Soy el
cuarto hermano, el pequeño, muchos dicen que el más mimado, puede ser que si en
realidad ahora no soy consciente de ello, pero si lo dicen, será por algo.
Afortunadamente no me faltó nada durante mi infancia…nada material al menos.
Me he
dado cuenta que mientras pasa el tiempo, la memoria se vuelve mas frágil y
ahora me cuesta algo de trabajo recordar algunos aspectos de mi infancia que en
el pasado los recordaba con mas frescura. Ahora estos recuerdos son algo mas
oxidados y les cuesta aparecer en mis recuerdos.
Pero
haciendo este ejercicio he podido recordar momentos muy hermosos como por ejemplo
vivencias en mi barrio, con todos mis amigos.
Sip, tenía un montón de amigos. Vivíamos cerca
del Colegio San Gabriel, en el barrio de la Manuela Sáenz que se creó quizá
diez años antes de mi nacimiento, es decir que tanto mis amigos como los de mis
hermanos éramos una pandilla grande y se dividían por edades. Los que
correspondan a mi quinta, solíamos andar en bicis y patinetas, recuerdo que
andaba en la Maltra, mi bici chopper de 3 velocidades, heredada de mis tres
hermanos. Se llamaba la Marlta porque la pobre andaba toda maltratada, pero eso
si, era la mejor y única bici que teníamos, pues el resto de mis panas eran mas
de patinetas.
La Maltra si bien no nos podía llevar a todos,
si nos la turnábamos cada tantas cuadras para llevar a algunos de nosotros y a
las patinetas, mochilas, y cualquier artilugio que entrabamos en el camino y
que se convertía en nuestro trofeo que posteriormente terminaría en la caja de
recuerdos de nuestra casa club (la bodega bajo la escalera de la casa de mi
amigo Fredy)
El
tiempo transcurrió y los amigos fuimos creciendo y cole terminando, muchos nos
mudamos y extrañamente este grupo tan grande y sólido, en un abrir y cerrar de
ojos de pronto ya no existió más, solo quedan estos recuerdos.
Mi vida
después de esta etapa es mas clara y fue lejos de este país. En realidad un
crecimiento personal e incluso espiritual.
Tuve la
oportunidad de conocer a muchas personas que si bien es cierto pasaron
fugazmente por mi vida, impactaron de forma muy importante en el forjamiento de
mi carácter.
La
experiencia del no-pertenecer creo que ha sido la mejor vivencia que durante
muchos años he tenido. Solo afuera de mi nido y mi familia pude darme cuenta
que en realidad no existen tierras, zonas, lugares que denominamos como
propios. El mundo es tan grande que en aquel lugar donde te sientas cómodo y
bienvenido, puede ser tu lugar.
Yo he
podido encontrar mi lugar en varios países, la gente y los amores que he
conocido son sin duda experiencias únicas que han aportado a mi desarrollo como
persona. Las veces que me he equivocado también han sido infinitas, pero pienso
que la vida te afronta con el error constante, justamente para que tomes
consciencia de los mismos e intentes enmendarlos la siguiente vez. Entonces, el
error no debe ser visto como algo negativo, mas bien como algo enriquecedor, al
menos en mi caso, parte del motivo de mi vida es enmendar errores, vivirlos y
mejorarlos
Osho
dice “Una cosa podría estar bien en este momento y podría ser un error al
momento próximo. No intentes ser consistente; de otra forma, estarás muerto.
(...) Intenta estar vivo con todas sus inconsistencias.” Y es eso lo que
intento hacer en cada momento, vivir con todas las consecuencias.
El
camino sigue, la energía también
Esteban
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