La senda del
autoconocimiento nunca termina, este puede ser el primer aprendizaje. Siempre se
aprende algo, siempre se enseña algo.
En lo personal este
trabajo me ha servido para traer conciencia de mi paso por la vida, del niño
que andaba en su bicicleta sin preocupaciones al hombre de ahora, ha llovido
mucho.
No niego que me
encantaría volver a revivir mi infancia, pues lo recuerdos que tengo son
lindos.
Pero estas semanas de
trabajo personal han hecho recordar y plantearme ciertos aspectos de mi vida
que son parte de mi y debo aceptar las partes buenas y que me agradan de mi
mismo y por otro mejorar las partes negativas que me incomodan.
Parte de este proceso
esta el de tomar consciencia de mi Yo de lo físico y de lo espiritual
principalmente.
Me quedo con la lecciones
del Siddhartha, el Buda, humano, hombre y perfecto, él logro despertar y tomar
plena consciencia en su vida terrenal, además que me ha enseñado que
cualquiera, si quiere, puede llegar a iluminarse a través de la senda del zen,
el amor al prójimo y los actos desinteresados.
A través de esa senda he
podido descubrir las funciones de mi cuerpo, el sentir y traer consciencia a
través de una respiración profunda, una actitud solemne ante la naturaleza y
ser consiente de lo bello y afortunado que soy al existir en este momento.
Sé que soy un hombre con
emociones mas o menos intensos, pero lo rico de este trabajo practico es que
las emociones muchas veces son controladas por la mente que es muy caprichosa y
nos revuelve esta emociones que con torpeza intentan reaccionar a los estímulos
del mundo.
He rescatado el egoísmo y
la vanidad, también me he enfrentado con la paciencia y circunstancias adversas
que aun sigo masticando para intentar digerirlas, pero todo con conciencia que
es lo maravilloso de centrarse en el aquí y ahora.
El Dao por otro lado me
ha ensenado que la no acción puede ser las mas sabias de las decisiones para un
buen trascender, nuevamente este ejercicio me trae al presente mis debilidades,
pero a modo trampolín según van cayendo estos bloques que tienen forma de debilidad
se catapultan al exterior en forma de evolución como ser de luz y amor libre de
emotividad y pensamientos gobernados por la mente dictadora.
Como cierre puedo
compartir a quien esté leyendo estas líneas, que soy un producto de una especie de felicidad
interior, una ligereza de espíritu que no está seguro si las fechas navideñas
influyen en el ambiente o es el trabajo de estas semanas, que aunque me sienta
frágil y perecible, con temor de la muerte y la enfermedad, éste ser sigue
creciendo en un mundo donde quienes le rodean son tan delicados y hermosos como
uno mismo y que todos merecen el mismo cuidado y atención
Soy una persona consiente
de vivir la vida que a escogido, que no quiere grandes cosas materiales, pero
quiere sentirse importante dejando una pequeña huella en la vida de los demás.
Ojalá y compartir estas
experiencias pueda aportar con una visión distinta a quien lea estas líneas,
son fruto que ha empezado como tareas pero luego han mundo en experiencias que
merezcan la pena echar un vistazo.
Que vida la vida y hasta
siempre
Esteban
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